Me entero por Elmundo.es que los responsables de Facebook han bloqueado una página instalada en esta red social y que permitía a los usuarios eliminar por completo su perfil. La página en cuestión, que recibe el nombre de Suicide Machine 2.0, permitía eso mismo, el “suicidio” de nuestro perfil y su completa desaparición de la red social. Aunque no cuestiono el derecho que asiste a Facebook, en cuanto propietario de la red social, a gestionar sus contenidos (lo que incluye el derecho de admisión y el establecimiento de las normas de estancia), si encuentro algunas objeciones a su proceder en este caso.
No es la primera vez que se bloquea un servicio similar (antes lo fue otra pagina llamada Seppukoo) de “suicidio digital”. La decisión parece ir en la dirección de impedir que existan “facilitadores” en el proceso de dar de baja su perfil. De ser así, Facebook estría cometiendo varios errores graves. El primero sería atentar contra el sagrado principio de autonomía personal y que trasladado al campo que nos ocupa consiste en el derecho que nos asiste a pertenecer o no una red social y según nuestra voluntad a dejar de serlo, cumpliendo, eso si, con las normas básicas que pueda establecer el propietario de la red. Cierto que aceptamos someternos a unas normas de baja cuando nos damos de alta, sin embargo todas esas normas, por muy razonables que a veces sean, no pueden suponer un impedimento total a la baja o causar un grave perjuicio al usuario en el proceso. Dado que los impedimentos no tiene que provenir de la “maldad intrínseca” que solemos atribuir a todo proveedor de servicios de Internet, sino que incluso son consustanciales y necesarios para el propio servicio que se presta, por eso no es raro que surjan “facilitadores” de los procesos de baja (y por qué no, de los de alta). Nada, pues, habría que objetar a la existencia de este tipo de intermediarios en el mercado.