Lo característico del socialismo es crear argumentos y verdades a su medida (un gobierno legalmente constituido tiene legitimidad para hablar y pactar con terroristas) para luego negarlos a los demás (el PP, si gobierna, no puede anular lo hecho por el PSOE). El PSOE derogo el Plan Hidrológico Nacional, la Ley de Educación de Pilar del Castillo y retiro las tropas española que habían ido a Irak a reconstruir los puentes y carreteras y a defender a los lugareños de atracadores, saqueadores y asesinos. Todas estas decisiones políticas fueron, en mi opinión, erróneas, pero nunca se me ocurriría decir que fueron ilegales o ilegitimas.
El socialismo usa del lenguaje político como y cuando le conviene y, según para que fines, todo es legitimo si lo hacen ellos. Si Zapatero, en un acto de total irresponsabilidad como gobernante, no se hubiera lanzado a un proyecto de supuesta pacificación del País Vasco -y sin contar con el apoyo informado del PP- ahora no tendría que lamentarse de que Rajoy le recuerde que no se siente obligado a respetar nada de lo que salga del mal llamado “proceso de paz”.
Si Rajoy gobierna y cumple con lo dicho no estará realizando ningún acto de insumisión sino un acto legítimo como gobernante. La ofensiva del Gobierno contra el líder del PP no es mas que un intento de distracción de la sociedad española, la cual debe darse cuenta de que el verdadero peligro no esta en los “insumisos” del PP, sino en los traidores de entre aquellos que nos representan en las instituciones. Los primeros de estos traidores en retratarse aparecen en un video que puede visualizarse aquí.
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