La década final del siglo XX, unos años 90 marcados por la transición entre un viejo “paradigma” y uno nuevo que no se acababa de definir, estuvo marcada por ausencia de un enemigo concreto e identificable, en consecuencia, se difuminaron las barreras entre el bien y el mal, entre libertad y opresión. De ese estado de ensoñación nos despertamos con los atentados del 11 de septiembre contra las ciudades de New York y Washintong. Por fin el enemigo tenia un rostro, el Islam fundamentalista (radical, fascista y neofeudal), su adversario éramos todos y estaba dispuesto a cualquier cosa para destruir los cimientos de la civilización occidental.
Solo era cuestión de tiempo. JOSEHP RATZINGER era el cardenal mas odiado por los “progresistas” internacionales(istas) y por muchos católicos secuestrados por el pensamiento comunista y el relativismo moral. Fue el principal agente de la voluntad de JUAN PABLO II dentro del seno de la Iglesia, es por ello, que en los prolegómenos de su elección como nuevo Papa, cuando aun existía la posibilidad de otros candidatos, ése mundo “progre” rezaba por que la divina providencia no posara sus alas sobre el Cardenal. No fue así. RATZINGER, el que tal vez sea el teólogo y pensador más grande que haya dado la Iglesia en todo el siglo XX, fue designado como el nuevo Obispo de Roma y jefe de la Iglesia Católica bajo el nombre de BENEDICTO XVI.
Hay en RATZINGER/BENEDICTO XVI una comunión entre Cristianismo y Liberalismo, presente en la Doctrina Social de la Iglesia desde el siglo XIX, y que son la ética y valores judeocristianos, que son la ética y valores de Occidente. También hay una comunión entre Razón y Fé que es la quintaesencia de la Civilización occidental: la unión entre Cristianismo, las instituciones grecorromanas y la Ilustración. Es decir, en él se concentran las cualidades o características que, por definición, son odiadas por el fundamentalismo islámico.
Solo era cuestión de tiempo. Unas palabras del Pontífice sobre la violencia en nombre de Dios y de la Religión son interpretadas por los fundamentalistas mulsumanes como un ataque al ISLAM. No importa que se haya manipulado lo dicho por RATZINGER, quien únicamente referenció una conversación entre un Emperador Cristiano y un erudito árabe del siglo XIV para a explicar que la Fe no puede ser impuesta mediante la violencia. Es decir, el rechazo a la violencia e intolerancia religiosa. Lo normal hubiera sido que los musulmanes de todo el mundo y sus líderes nacionales hubieran aplaudido el discurso del Papa, discurso que tenia como eje central la compatibilidad entre la RAZON y la FE en el mundo moderno. Es revelador que sea contra esta idea contra lo que protestan estos musulmanes. Lo normal hubiera sido, también, que, en Occidente, todo el mundo hubiera defendido el discurso del Papa. Es revelador, también, que no sea así. Columnas como la de ANTONIO GALA en EL MUNDO de este domingo son una invitación a la sumisión intelectual y espiritual ante el peor Islam imaginable.
Existe una débil frontera entre la incompetencia y la indecencia, frontera que, por ejemplo, ha traspasado el Ministro de Asuntos Exteriores español, MIGUEL ANGEL MORATINOS, con sus últimas declaraciones. Al comportamiento rayano en lo despótico que fue la regañina de hace un mes al antiguo portavoz de comunidad judía en Madrid cuando éste, durante la celebración de un almuerzo publico, se le ocurrió opinar sobre el antisemitismo (por otra parte mas que evidente) de nuestro Presidente del Gobierno, hay que sumar el pronunciamiento de hoy pidiendo al Papa, nada menos, que una rectificación, que acertadamente no ha realizado contrariamente a lo que en los telediarios de TVE se ha dicho. Que tengamos a semejante personaje como jefe de la diplomacia española es una tortura para las buenas personas. La culpa de ello, en ultima instancia, esta en ZAPATERO, quien le nombro y le mantiene en el cargo. Es triste y preocupante, pero solo era una cuestión de tiempo que apareciera un gobierno así en Occidente, un gobierno alineado, abiertamente, con el pensamiento más reaccionario del planeta, antisemita, pro-fundamentalista y antiliberal.
Desde hace mucho tiempo circula una teoría esotérica que, basada en una interpretación de las profecías de Nostradamus y una lectura extemporea del libro bíblico del Apocalipsis, pronostica que el actual Papa (o el siguiente, ahora mismo no lo recuerdo con exactitud) seria el ultimo Papa de la Iglesia Católica. Si no se para al fundamentalismo islámico puede que dicha profecía se cumpla, por ejemplo, cuando un grupo terrorista ponga una bomba nuclear en el Vaticano, pongamos, durante un conclave de Obispos. Seria un golpe del que probablemente nunca se recuperaría.
No me culpen por dar ideas a los fanáticos islamistas, en realidad, solo es cuestión de tiempo.