"Sobre el estado del maldito proceso de paz "
La comparecencia del sábado de Rubalcaba fue surrealista hasta decir basta. A primera hora todavía se ponía en cautela la confirmación de que se trataba de un atentado etarra (duda que planteo el gobierno vasco durante todo el día), básicamente, por lo sorprendido que se ha quedado el gobierno en pleno: “el comportamiento de ETA ha sido constante en su historia en esta materia y si rompe una tregua lo anuncia y además lo anuncia con un cierto tiempo. Así ha sido siempre y parece que estamos ante una situación distinta”. Como esto no es una tregua señor Rubalcaba pues no se por que habrían de avisar. La respuesta política se la dejaba al Presidente para la rueda de prensa de las 6 de la tarde, pero se permitía resaltar lo evidente para todos, que la acción terrorista "rompe el alto el fuego permanente que ETA decretó hace nueve meses". Faltaría menos que no fuera así. Por la tarde su jefe nos aclaraba que daba por suspendido el dialogo con la banda pero no mencionaba que ocurría con el mal llamado “proceso de paz”.
¿Debe extrañarnos todo esto? De ninguna manera, responde a la lógica de unos y otros, terroristas y gobierno. Para empezar la ETA y su entorno se han recuperado lo suficiente para volver a echarle un pulso al Estado y a la nación española, viéndose legitimada su lucha. Esta fortaleza le permite poner unos cuantos muertos y heridos sobre la mesa de negociaciones reeditando el macabro dilema del que ya he hablado en esta bitácora, o se cumplen sus exigencias o morirá más gente. Por eso Otegi dice que el "proceso no esta roto" y "es mas necesario que nunca". Hemos asumido su forma de hablar y lo demostramos cuando no nos percatamos de haber entrado en su maquiavélico juego de altos el fuego, treguas y conflictos.
Para el gobierno, se trata de, como dijo Zapatero el Viernes 29, de un “trágico accidente mortal”, es mas, según el gran estadista "Nadie podrá conseguir nada con la violencia, el de hoy (por el sábado 30) es el paso más equivocado e inútil que han podido dar los terroristas". Es decir, no solo se permitió minimizar los asesinatos de ETA sino que recrimina a los terroristas la equivocación de poner una bomba en los aparcamientos de la T-4 de Barajas (de los muertos y heridos no dijo nada, pues hablo de violencia no de atentados ni asesinatos) tratándolos como si fueran niños que es preciso educar y no como adultos conscientes y responsables de sus actos. Este relativismo moral y paternalismo político no puede ser aceptado ni consentido sin que a uno se le revuelvan las tripas. Zapatero ha asumido de tal forma la identificación de su mandato con la naturaleza del Estado que los límites de la decencia son traspasados con cada palabra que sale de su boca y cada actuación institucional que patrocina. Al señalar que la violencia es obstáculo para la consecución de objetivos políticos admite una vez mas que esta dispuesto a hacer concesiones a la banda si deja las armas. Esa paz no es asumible.
Zapatero, tampoco interrumpirá el “proceso de paz” porque este es mucho mas que los nueve meses de “alto el fuego”, empezó hace 5 años. Mientras era líder de la oposición y firmaba el Pacto Antiterrorista con Aznar, mantenían contactos secretos PSE y Batasuna-ETA, contactos que llevaron a la destitución de Nicolás Redondo Terreros al frente de los socialistas vascos. Eso en los hechos, pero en su fuero interno, la idea misma de proceso, comenzó su andadura en el momento en que Zapatero comprendió que solo podría gobernar si conseguía cambiar las ideas de los españoles y a eso es lo que ha dedicado toda su labor política desde entonces, aliándose con quien sea para ello. ETA le ha hecho un gran favor durante un tiempo y en absoluto ha sido engañado por la banda, como algún lector de El Mundo señalaba en la sección de Cartas al Director de hoy domingo. Mas bien es al contario, la ha intentado usar él a élla, y ese es un juego muy peligroso.
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