Sirva el triste aniversario para los fines que la conciencia impone o dispone. Honrar a los muertos va de suyo. Y a los heridos, y a las familias de los unos y los otros. Honra a la que ya repelen las voces impostadas, el compromiso de un minuto de silencio, dos años de desentendimiento y una vida de olvido”
Escribe estas líneas Juan Carlos Girauta en Libertad Digital, y algo más sobre la “Utilidad de los aniversarios”. Una idea extraigo del texto y es que un aniversario pone a cada uno en su sitio. Lo mismo para el novio que se olvida de recordar la fecha de la primera cita con su pareja, como para el político que se compromete con la verdad y la justicia. No se si fue Rodríguez Zapatero o Rubalcaba quien dijo a comienzos de la legislatura que se sabría todo sobre el 11-M. Después de 2 años, una Comisión Parlamentaria y una instrucción cuanto menos errática, no tenemos ni puñetera idea de lo que paso, aunque si de lo que no paso: que Al Qaeda atentase contra España y el gobierno de Aznar por su apoyo al derrocamiento de Sadam Hussein. Poco le queda por intentar al actual Gobierno para desviar la atención del asesinato de 190 ciudadanos entre españoles e inmigrantes. Tal vez lo siguiente sea que Zapatero en aplicación práctica de la Alianza de Civilizaciones proponga a Naciones Unidas el Día Internacional del 11-M, ya se sabe que cada vez que la ONU dedica un día (o un año) a algún problema se reducen considerablemente las posibilidades de solucionarlo. Reconozco que el tema no incita a hacer muchas bromas, así que iré al grano con lo que quiero decir en mi homenaje a las victimas (que no son solo aquellos que iban en los trenes y sus familiares, sino todos los españoles).Es el IIº Aniversario de la masacre y me pregunto a que farsa asistiré este año en mi Universidad. Desconozco si se ha planeado algo, como mucho, espero las mismas declaraciones repletas de buenísimo del año pasado y la suelta de algún globo (no termino de emocionarme con la metáfora). Y a lo mejor espero mucho, lo digo por que, a día de hoy lunes 13, en mi correo institucional (el de la UAM) solo se ha recibido un escueto mensaje del Rectorado que termina así: En nombre de la comunidad universitaria, ratificamos nuestra condena de los actos terroristas, de todos los terrorismos y de todas las formas de violencia, y nos pronunciamos a favor de los procesos de paz y del respeto a la pluralidad de modos de ser y de concebir los valores de la sociedad, siempre en vinculación y defensa de los derechos humanos. Un abrazo: Ángel Gabilondo".
No se informe de acto alguno, como si se hizo con el homenaje a Carrillo (deplorable espectáculo con enfrentamiento entre rojos y fachas incluido) y el aniversario del asesinato de Francisco Tomas y Valiente (rastreramente politizado) y con concentración incluida. Ni el boletín informativo ni el programa institucional recogen mención alguna al aniversario del peor atentado sufrido por nuestro país, eso si, a Savater lo hacen Doctor Honoris Causa el día 14 (que no me parece mal a pesar de la caña que le he dado en los últimos tiempos). Cuanto menos curiosas algunas de las afirmaciones (las que he subrayado) del "hermanisimo". Evidentemente, no puedo compartir este comunicado sin reservas. La lenta difuminación del recuerdo de los atentados se traduce en las descafeinadas celebraciones institucionales. Y en este caso aun más. Y todo esto tan solo 2 años después de los atentados. Quisiera ser muy claro. Ya esta tardando la construcción de un monumento especialmente dedicado a las tres victimas que “aporto” esta pequeña comunidad universitaria. Cualquier otra cosa es superflua. No me hago ilusiones después de este clamoroso silencio institucional. A estas alturas puede que pocos se acuerden de los tres asesinados. Para quien interese estos eran sus nombres y unos cuantos datos:
Sara Encinas Aguado era estudiante, como yo, de la Facultad de Derecho, pero no recuerdo haber tenido el mínimo contacto con su ella. No se me puede acusar de estar personalmente implicado, lo cual no quita para que siga pareciéndome necesario hacer algún tipo de gesto que (con el consentimiento de su familia) hiciera justicia al drama al que pudieron enfrentarse y de hecho se enfrentaron muchas mas familias de estudiantes aquel día.
John Jairo Ramírez Bedoya, trabajador en servicio de contrata, de aquellos que hacen que la UAM funcione cada mañana para alumnos y profesores, aunque la mayoría no repare en ellos. Su condición de inmigrante retrata uno de los aspectos más dramáticos de los atentados, la diversidad de origen de las victimas que es el reflejo de la moderna sociedad española, mucho más tolerante y abierta de lo que comúnmente se afirma.
Alberto Arenas Barroso, alumno de cuarto curso de Gestión Aeronáutica. También un desconocido para mí.
En mi opinión hace tiempo que la universidad publica española (a pesar de muchos de sus profesionales) ha perdido el rumbo de la sociedad que dice ayudar a construir. Su futuro pasa, como en casi todo, porque la iniciativa privada asuma el papel que le corresponde en una sociedad libre, también en la enseñanza superior. Mientras tanto conmemoremos este IIº Aniversario, los que aun queramos hacerlo.
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