con una increíble capacidad de conversación.
La ciudadania y los políticos ante la tregua de ETA.
Aprovechándose de que gran parte de la sociedad española sigue sin enterarse “de la misa la mitad” nos la quieren meter otra vez (¿Cuántas van?) El fenómeno, sin duda, será estudiado por las generaciones futuras dentro del marco más amplio que es la evolución política y moral de la especia humana. Sus consecuencias a día de hoy, apenas evidentes, son, en todo caso, nefastas.
La ciudadanía, concepto tan en boca de políticos e intelectuales de todo signo, se halla en un estado de confusión permanente. Emitir un juicio sobre las grandes cuestiones a las que se enfrenta una comunidad política reclama espíritu crítico, y no juicios de opinión partidistas y pasionales. ¿Quién nos engaña? Casi todos los principales actores de la vida publica. Pero la responsabilidad no es solo suya, también es nuestra. Hemos ido dejando cada vez mas y mas decisiones trascendentales en manos de personas que son unas irresponsables, aficionados por igual a la gresca parlamentaria y a los discursos vacíos. La incógnita, ¿Esta el ciudadano de a pie preparado para adoptar esa postura critica e independiente?, ¿serviría esto para algo?, ¿quiere hacerlo? A lo mejor me llevo una sorpresa, pero no me afeen el poco optimismo, no es solo mi pesimismo antropológico, son las largas dosis de realismo y la constatación de la perdida de sentido común y compromiso moral de gran parte de esa ciudadanía la que me llevan a ser escéptico.
Hablo del “alto el fuego permanente” decretado por la ETA el pasado miércoles. En estos días se han sucedido declaraciones, opiniones, encuestas, multitud de datos, algunos contradictorios, y, sobre todo, mucha especulación de salón. Al igual que los científicos victorianos, aun hay quien cree que se puede llegar a la luna nadando a través de un océano de “éter”. En las sucesivas semanas y meses que dure la pantomima del alto el fuego dedicare varias anotaciones donde analizar los aspectos mas relevantes del “proceso” abierto por ETA, su contexto y consecuencias. Empecemos con una repaso general.
1er asalto: Alto el fuego o tregua.
¿Tregua o alto el fuego? Esa es la pregunta mas repetida ¿significan lo mismo?, ¿pueden extraerse las mismas consecuencias de una y otra? La ETA acostumbra a utilizar una terminología seudo-militar en sus comunicados. Si somos consecuentes con el significado de las expresiones, un “alto el fuego” (o “cese de las acciones armadas”) tiene como finalidad que el enemigo reflexione sobre la situación de la batalla, recoja a sus muertos y piense en la capitulación. En las “treguas”, por otro lado, quien la decreta, esta buscando una salida negociada que pudiera beneficiar a ambas partes, tanto la vencedora (le ahorra mas sufrimientos y gastos) como a la perdedora (evitar la aniquilación total). Por donde tira ETA es especular, por de pronto el cambio de lenguaje sorprende, puede que se deba al hecho de que la palabra “tregua” se asocia fácilmente con la el sustantivo adjetivizado “trampa”, en relación a anteriores experiencias, lo cual no conviene a los intereses terroristas. En el 98 ya vimos como aprovecho la tregua para reorganizarse y rearmarse. Como entonces, hoy, la ETA sigue cobrando el impuesto revolucionario y robando armas, matriculas y explosivos. Frente a la percepción popular sobre la debilidad de ETA, el Consejero de Interior vasco anunciaba recientemente que esta habría reconstruido su estructura, añadiremos que los informes de las Fuerzas de Seguridad y el CNI apuntan a que ahora sus comandos funcionan según el sistema de células independientes, copiado del terrorismo islámico.
El actual comunicado desprende un tufo considerable a concesión de la banda a la sociedad española. “Oigan, vamos a parar de disparar, recojan los cadáveres y mientras piensen si se van rindiendo”. Como entonces, hoy, ETA sigue pidiendo algo a cambio de dejar de matar. La respuesta del gobierno del Partido Popular en 1998 fue el rechazo a negociar autodeterminación alguna, y, como empezó, se acabo la cosa, la ETA volvió a matar. Así que de novedad nada, volvemos al mismo punto que en las otras tantas (¿4, 9, 11?) treguas, de mayor o menor intensidad, que ETA ha declarado en su historia, cada una con sus particularidades temporales, pero perfectamente trasladables en sus consecuencias a la situación actual. Poner en un brete o dilema al gobierno, las instituciones y la democracia misma.
No solo no hay novedad, sino que estamos ante un gran paso atrás. ¿Que habremos hecho los españoles para que ETA este tan ilusionada con los “procesos democráticos” abiertos o en vías de apertura? Que, quienes están dispuestos a amenazar, secuestrar y matar para conseguir un fin político, decida modificar su estrategia debería ser motivo para el análisis profundo de las circunstancias que provocaron este cambio, mucho mas que para el optimismo. Remarquemos esto de que ETA abandona la estrategia, no el fin. Después de 40 años (30 bajo la democracia) y mas de 900 muertos, de golpe y porrazo, ETA ha encontrado por fin en la democracia española lo que tanto andaba y se le negaba, un cauce para conseguir sus fines políticos. Esto, y no otra cosa, evidencia el comunicado del miércoles pasado. Ni debilidad de la organización, ni fortaleza del Estado, ni altura de miras. Todo falso. ETA esta, en lo político, mas fuerte que nunca, sobre todo tras los acontecimientos de los dos últimos años.
2º asalto: el proceso en manos de ETA.
No es hasta la llegada al poder de José Luís Rodríguez Zapatero cuando el orden natural, que la iniciativa negociadora partiese de ETA, se altera. Por primera vez desde el final de la Segunda Guerra Mundial, un parlamento de un estado democrático occidental votaba y aprobada una resolución cuyo destinatario era una banda criminal. Se imaginan al Senado norteamericano emitiendo un comunicado dirigido a la red terrorista de Al Qaeda para negociar? ¿Que opinión tendrían sus ciudadanos de esto?
Estos dos años que han transcurrido hasta el alto el fuego han estado plagados de gestos el Gobierno hacia el mundo de Batasuna, que solo se han detenido ante un Poder judicial, que no esta dispuesto a perder todo su orgullo haciéndole en juego al gobierno en esto. En la estrategia del gobierno socialista es donde se inscribe la maniobra de ETA, sea cual sea el resultado, alli estará la responsabilidad de lo que ocurra.
3er asalto: conflicto y negociación.
Pero, ¿se puede negociar con una organización criminal? ¿Se puede esperar de una banda terrorista (¡¡terrorista!!) algún acuerdo positivo para la sociedad? Entre las primeras cosas que evidencian la decadencia de un pueblo esta el uso que se hace del lenguaje, sobre todo cuando se introducen en el debate político palabras que en nada describen la realidad. Al mencionar “alto el fuego”, “tregua”, alguien que no conozca la realidad de lo que ocurre en el País Vasco pensaría que existe un enfrentamiento civil e institucional, nada más incierto. El acoso y el enfrentamiento continuo se promueven en exclusiva, desde las filas nacionalistas, de las que ETA es solo el representante violento. La única, respuesta que recibe, a cambio, es la aplicación de las leyes (y a veces ni eso). Durante casi 30 años de Constitución democrática, se ha adoctrinado en el nacionalismo étnico, se ha apoyado la segregación social, se ha pactado la independencia con el terrorismo, se le ha financiado a él y su entorno, todo ello desde las instituciones publicas autonómicas, sin que nadie haya aplicado un articulo de la Constitución que votaron mayoritariamente los españoles, para devolver las competencias al gobierno central. De guerra nada, respuesta legitima, incluso timorata, por parte del Estado de derecho. El único conflicto existente es el que sufrimos los ciudadanos de a pie al tener que soportar de forma continua y permanente al nacionalismo vasco y sus disparatadas y totalitarias reivindicaciones.Otra perversión en el uso del lenguaje lo experimenta la palabra “negociación”.
Esta palabra, que en el ámbito comercial cuenta con todo el reconocimiento, y que en cualquier ámbito de la vida de las personas representa la necesidad llegar a acuerdos en que las partes implicadas salgan mutuamente beneficiadas, no puede ser trasladada a las conversaciones con una banda criminal sin evidenciar, otra vez, una grave debilidad moral. El estado cuando negocia con el criminal lo que gana por un lado lo pierde por el otro. La finalización de la actuación criminal por este medio supone siempre una derrota del Estado de derecho, incapaz de solucionar el problema de seguridad de los ciudadanos (la única razón que realmente lo justifica). Sumemos que no esta claro si se va “negociar” algo más que la rendición y el resultado puede ser catastrófico, solo la habitual falta de visión de las masas puede ignorar este hecho.
La “serpiente” nos dice que deja de morder, que podemos despreocuparnos de su veneno. Para los que nos hemos criado en el medio urbano, no es fácil determinar que es más peligroso. Si el “ofidio” o el hacha en que se “encarama”. Las hachas son certeras y rápidas, tras un rosario de cadáveres, la negociación puede ser el descabezamiento final de la nación, hecho del que nunca se recuperaría. Mientras que para las serpientes, pueden usarse antídotos, para los desprendimientos de cabeza no hay más cura que la del alma, oración mediante. Si con el alto el fuego es el hacha la que se detiene y la serpiente, mas sutil, que envenena poco a poco como esas “viudas negras” de las novelas policíacas, la que toma el relevo, estaremos ante el lento declinar de la democracia. Escojan la metáfora que mas crean se ajuste a la realidad. Hacha o serpiente, siempre ganan los mismos, porque ni de una ni de otra podemos esperar otra cosa que “muerte”, real o metafórica.
4º Asalto: La Paz.
La paz es tal vez una de las palabras mas repetidas de todos los tiempos, todo el mundo quiera la paz, quien va a querer la guerra. Pero la cuestión no es como evitar la guerra, esto lo sabia Churchill, la guerra generalmente llega cuando menos se lo espera uno. Lo complicado es conseguir la Paz y para eso a veces es necesario recorrer los caminos tortuosos de la guerra antes de hallar la paz.
La paz es el estado menos presente en la historia humana. Hoy por lo visto hay mucha gente convencida de que el alto el fuego de la ETA puede traer la paz. Pero ¿qué Paz?, ¿a que precio? No hay paz sin justicia, sin que cada uno reciba lo que merece, sea bueno o malo, de acuerdo a sus responsabilidades. ¿Esta dispuesta la ETA a aceptar esto, a someterse al escrutinio de la Justicia? Yo me inclino por pensar que busca todo lo contrario.
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