Zapatero quiere hacerles cosas guarras a los rusos (ampliado con algunas reflexiones sobre sexo y política)

(Nota del autor: este texto no es acto para menores o personas especialemente sensibles)

Cuando creíamos haberlo visto y oído todo, ocurre lo siguiente:

Algunos temíamos que la salida de Bush de la Casa Blanca envalentonase a terroristas y dictadorzuelos varios y que se acabaría la mano dura en la política internacional. Pues va a ser que no, porque aquí esta Zapatero, el neo-progre-cón, dispuesto a "follarse" a los peligrosos rusos; y a Medvédev, el hijo-de-putin, el primero. Lo que no se atrevieron a hacer ni los alemanes durante la última crisis del cierre de suministro de gas a Europa oriental, Zapatero estaría dispuesto a hacerlo, a poner los huev... sobre la mesa. Pero cabe que se trate solo de un espejismo. Un lapsus linguae. O puede que un desliz freudiano. 

El sexo y la política son a priori dos actividades con pocos elementos en común. Sin embargo, es sabido que los escándalos sexuales son los preferidos de los políticos, por delante del cohecho, el amiguismo y el despilfarro. Pero desde que Clinton (Bill) convirtiera el despacho oval en “cama oval”, y a pesar que quien lleva las bolas en ese matrimonio es Clinton (Hillary), la cosa se ha desmadrado un poco.

Hasta ayer, los críticos más ácratas se limitaban a proclamar aquello de que la política es una profesión indecente. También siempre se ha hablado de la “erótica del poder”, para referirse al atractivo sexual de los representantes públicos. El Parlamento les parece a algunos una casa de putas. Los políticos se joden todos los días los unos a los otros, pero se aman en secreto, y se ponen de acuerdo para jodernos a los ciudadanos. Entrando en lo administrativo/funcionarial los hay especialistas en dar por culo, ya saben que hay dos cosas inevitables en la vida: la muerte y los impuestos, o lo que es lo mismo: morirse y que te joda la Agencia Tributaria. Hay líderes sociales que presumen de haber tenido orgasmos democráticos con ZP (Zerolo)... Sin embargo, lo que hasta ahora no habíamos imaginado es que la política internacional consistiera en “follar” unos con otros. Medvedev y Zapatero quieren hacerlo, y en público, lo que implica una agravante de exhibicionismo. Tenía que ocurrir con tanto halago previo al Primer Ministro ruso... ¿Y qué pensará Sonsoles de todo ésto?

En el fondo, hasta los más listos piensan en "follar" (o sea, darle al fuelle), ¿ó no?