Hace cincuenta años que Cuba padece una dictadura comunista, y en ese larguísimo periodo, que abarca tres generaciones, los cubanos sólo han conocido un gobierno: el de los hermanos Fidel y Raúl Castro. Si no mediaran miles de fusilamientos, si no existiera tanta represión y terror, sólo ésa circunstancia sería suficiente para condenar sin paliativos cuanto allí sucede.
Los cubanos que logran exiliarse y los viajeros que visitan a Cuba, casi unánimemente dan cuenta de una nación destruida en el orden material y espiritual, congelada en el tiempo, en la que más de doscientos presos de conciencia purgan largas sentencias en unas cárceles terribles, mientras los demócratas de la oposición que piden elecciones libres y respeto por los derechos humanos sufren toda clase de vejámenes y atropellos.
Esta bochornosa situación debe terminar. Cuba no puede seguir siendo una anacrónica dictadura comunista en un mundo en el que esa opción desapareció bajo el peso de su propia crueldad y torpeza. Los cubanos tienen derecho a vivir en libertad y a recuperar el control de su destino como personas.
La nueva relación entre la comunidad internacional (principalmente de gobiernos de Iberoamérica) y el Gobierno de Raúl Castro está basada en una falsedad que se ha repetido periódicamente en estos 50 años por parte del régimen cubano. El mundo quiere que Cuba cambie, cree que su Gobierno tiene la voluntad de cambiar y ese Gobierno le hace creer al mundo que desea el cambio. Sin embargo, a partir de una observación elemental no solo en este último año, sino de toda su trayectoria, se aprecia que no existe y no han existido evidencias de cambios reales por parte del régimen cubano.
Este Manifiesto tiene dos claros destinatarios: al gobierno dictatorial cubano le exigimos que abra las cárceles, permita que los cubanos ejerzan sus derechos, expresen sin más dilación sus preferencias políticas, y le dé paso a la inevitable transición hacia la democracia, que sean los propios cubanos soberanamente los que decidan sobre su destino; a los gobiernos y pueblos libres del mundo, que denuncien vigorosamente los crímenes de esa tiranía, apoyen explícitamente a la oposición democrática cubana y demanden con energía la libertad de todos los cubanos.
En Madrid, a primero de febrero de 2009.
Para firmar el Manifiesto.
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