Una gran verdad. Es más difícil administrar la derrota que la victoria.
Entre los que esperaban un milagro y los que deseaban una hecatombe, hay motivos para no estar satisfechos. Los unos por creer que la democracia, mientras sea democracia es un régimen de transformaciones revolucionarias, en el que lo único que importa es aplastar al adversario e imponer con la fuerza del Estado una visión única de la realidad social. Con esa premisa llego Zapatero a las elecciones y con ella se ha quedado sin mayoría absoluta. Los otros, por el exceso de soberbia que supone creer que el principal partido de la derecha no merecía reconocimiento por su labor de oposición, realizada en condiciones muy duras, contra una mayoría aplastante Pro-socialista en los medios y el Parlamento, y los cuchillos en alto dentro del partido, lo que es muy meritorio, en algunos aspectos mejorable, pero en absoluto merecía una enmienda a la totalidad. No hay duda de que el PP se ha consolidándose como partido de la Derecha y el Centro-Derecha.
Si interrogo la derrota dulce de los populares no es por negar un resultado que a pesar de no ser el que necesitaba España para cambiar de rumbo es legitimo y no voy a discutirlo, pero lo que se decidía el 9-M era en manos de quien estaría el futuro de la nación. Los resultados muestran que ese futuro corresponde por igual a los dos partidos mayoritarios, el PP y el PSOE y no a las minorías. Los dos aglutinan respectivamente el voto de Izquierda y Derecha y ninguno puede ya gobernar totalmente en contra del otro. Sus dirigentes pueden y deben ser responsables con lo que las urnas han dicho. En este sentido, es Mariano Rajoy quien, en la derrota, ha salido mas fortalecido y confirmado en todas sus ideas principales, y no Zapatero en su victoria, pues su forma de hacer política ha quedado desautorizada y, al no crecer por el centro político, no puede apropiarse la representación mayoritaria de los españoles.
Puede que Rajoy no haya convencido a los zapateristas, pero ¿era posible dadas las circunstancias? Quién no quiere ver no se le puede convencer. Rajoy ha criticado aquellas acciones de gobierno que fueron clave en la legislatura pasada, no solo por su contenido, que también, sino por llevarlas acabo sin contar con el PP. Ese autismo hacia la derecha política y social de este país es lo que finalmente ha agravado el estado de la nación y es la actitud reticente de Rajoy a aceptar la muerte civil de esta lo que ha impedido a Zapatero alcanzar la mayoría absoluta.
No obstante vamos a asistir a dos fenómenos curiosos en las próximas semanas. El PSOE, azuzado por la mayoría de la prensa nacional e internacional, tratará, por un lado, de hinchar los resultados, vendiéndolos como la confirmación del liderazgo nacional y “saber hacer” político de Zapatero. Eso esta muy lejos de la verdad, no es la correcta interpretación del 9-M y el deber de todo comentarista político es rechazarlo. Por otro lado, aumentarán los ataques contra Rajoy y el PP. La intensidad de estos ataques será directamente proporcional a la reacción de los populares antes los resultados y, en la medida en que estos se reafirmen en su campaña, ideas y lideres, ira a peor. Nada nuevo bajo el sol.
Desde la misma noche del domingo recorre España la siguiente pregunta “¿Debe Rajoy seguir al frente del PP?” Estamos ante la continuación del programa político socialista y la tonadilla que ha repetido en los últimos meses según la cual daban a Rajoy como rotundo perdedor a cambio de un Zapatero sonoramente triunfante, lo cual no ha sucedido. A los socialistas se les van a unir una parte del PP que desea que el partido sufra de la crisis interna que permita a algunos agarrar esa parte del pastel que hasta ahora les era negada o una mayor que la que les corresponde. Tenga presente el lector que los socialistas y esa minoría dentro del PP desean esa crisis interna aunque tenga efectos devastadores para el partido, la defensa de sus ideas, la eficacia de la labor de oposición y el futuro mismo de la nación. La izquierda española es acrítica y la ausencia de reflexión sobre si misma manifiesta, mientras que la derecha es cainita y gusta de verter la sangre de sus hermanos. El mayor error que puede cometer el PP tras las elecciones, pues, es entrar en esa vorágine de la autocrítica (práctica concebida por la izquierda), abriendo además el melón sucesorio. No con un líder que ha sido confirmado en sus principales ideas. Toda crítica debe ir acompañada de la verdad, y la primera verdad es que Rajoy es hoy por hoy la mejor opción del PP.
El PP con Rajoy se ha mantenido unido, a pesar de albergar una variedad de tendencias ideológicas en su seno que no siempre han estado dispuestas a colaborar y en medio de una legislatura de continuos ataques y casi total soledad política y mediática. Pero donde más se ha confirmado Rajoy es en la idea de que gobierne quien gobierne no puede hacerlo sin contar con el principal partido de la oposición por lo menos en las cuestiones esenciales. No solo no le desacreditan los hechos sino que acapara mayor legitimidad que la que disfruto durante la legislatura ya acabada y con la que puede ser exigente con Zapatero y obligarle a llegar a acuerdos de Estado. Podrá, también, si es listo, aprovechar en su beneficio los resultados para formar un equipo nuevo o reforzar el que tenía en aquellos puntos más débiles. En mi opinión hay dos pilares fundamentales que hay que reforzar: política exterior y comunicación (donde Gustavo de Arístegui y Cayetana Álvarez de Toledo, respectivamente podrían jugar un papel protagonista). Creo que Pizarro debe seguir y coordinarse con Montoro (algo para lo que aun no ha tenido tiempo) a la hora de atacar la política económica de Solbes. Y por supuesto, Esperanza Aguirre debe, por su comportamiento durante la campaña ser premiada con su acceso al Senado a través del sistema de designación directa de las Comunidades Autónomas.
Pero todo este proceso puede dar al traste si en el PP se dejan convencer por cantos de sirena y análisis sesgados (e interesados) de los resultados electorales puede acabando con su mejor arma para los próximos 4 años. Se debe perseverar en el mismo discurso, mejorarlo en aquellos puntos más flojos, pero no renunciar a la realidad de que los populares representan a media España, que Rajoy ha sido su líder, manteniendo el partido unido por las bases, él lo ha conseguido y no se puede descartar que llegue a Presidente. Solo desde la fortaleza podrá el PP forzar al PSOE a retratarse y elegir entre las dos opciones que se le presentan a Zapatero y de las que hablaba en la primera entrega de este análisis.
Ahora. Rajoy podría estar tentado de tirar la toalla, creo que sería una equivocación pero es una decisión que le corresponde tomar en conciencia y que habrá de aceptarse si es así. En cualquier caso debe hacerlo de la forma que sea menos traumática para el partido y no puede ser ahora. Soy tremendamente escéptico de que pueda salir bien, no creo que sea posible un cambio no traumático de líder en el PP. Un Congreso podría fácilmente acabar con una división en el seno del partido entre dos corrientes antagónicas: una que este dispuesta a dejar hacer a Zapatero y otra que le haga frente; una que apoye el “canon digital” y otra que lo rechace, una que se siga oponiendo al Estatuto, diga lo que diga el TC; y otra que no este dispuesta a parar sus efectos; una que mantenga la idea de nación española de ciudadanos libres e iguales ante la ley con otra que la relativice en aras del bienpensamiento reinante; una que se olvide de Irak y el 11-M y otra que luche por que la verdad de estos acontecimientos salga a la luz; la que se oponga a que el Gobierno vuelva a negociar con ETA y la que le de una carta en blanco a Zapatero; una que defienda el papel activo de España en Iberoamérica y Europa y otra que acepte el seguidísimo de lideres y naciones con intereses contrarios a los nuestros…
En definitiva, hasta ahora las fuerzas, mal llamadas, “centristas” dentro del partido habían sido contenidas, Rajoy no podía hacer otra cosa si quería conservar el liderazgo. Después de las Elecciones están casi vencidas pero podrían resucitar si el PP interpreta la derrota como un fracaso personal de Rajoy y deja pasar el tiempo sin dar una respuesta rotunda y contundente al mensaje complaciente de los socialistas. Es necesario que el liderazgo del candidato se confirme y reafirme desde el primer momento de la legislatura. Rajoy debe ir a la sesión de investidura con todo el arsenal de ideas y el armazón de convicciones personales que ha defendido durante los últimos 4 años y en la campaña electoral, poniendo a Zapatero y al PSOE ante sus propias contradicciones.
Las cosas han cambiado, pero no tanto y no para peor. España tiene solución, el camino va a ser largo y duro, mas de lo que a algunos les gustaría, pero defender unas ideas de nación y libertad no es fácil, cómodo o sencillo. Estamos solo al principio de ese camino y sería un error que la derecha diera un paso atrás cuando ya había cogido fuerza.
7 comentarios:
"una que se olvide de Irak y el 11-M y otra que luche por que la verdad de estos acontecimientos salga a la luz"
¿Perdón?
Creo que esta claro, pero por si acaso, me refiero a "un PP que acepte la manipulación del PSOE sobre IRAK y el 11-M y uno que no lo haga". Yo estoy por el segundo, uno que luche para que la verdad salga a la luz. Y eso es ahora mas posible que antes.
Gracias por la aclaración. Pensaba que te referías a un PP que no manipulara sobre el 11-M y otro que sí.
Muy contracorriente su visión de la jugada, además de completamente sectaria por supuesto.
El objetivo del PP en estas elecciones era "echar a ZP". Una vez no se ha conseguido hay que hablar de derrota sin paliativos. Y es que al margen de lo que suba uno u otro la ventaja sigue siendo grande para el PSOE. No hablamos de un PSOE en decadencia, hablamos de un PSOE que sube. Por tanto, esa implícita o explícita comparación entre la situación de Aznar en 1993 con la de Rajoy ahora que tantos peperos están haciendo no se sostiene. Rajoy no es que haya mantenido unido al Partido Popular, es que ha convocado absolutamente a todas las fuerzas que el PP puede reunir en torno a la idea de "echar a ZP": y ha fracasado. Porque ese discurso, algunos sugieren con descaro que sería el "liberal" (opuesto al centrista), del PP concita muchos apoyos de votantes al PSOE. Por cada votante que quiere echar a ZP hay 1,2 que le apoyarán ante semejante ofensiva. El domingo se ha probado más allá de toda duda: no es discutible.
Por todo esto se impone un cambio. Con Rajoy no es posible vencer a Zapatero. Con el protagonismo de los exaltados nacionalcatólicos y similares en los actos del PP no es posible vencer a Zapatero. Con la debilidad personal tan manifiesta del señor Rajoy no es posible vencer a Zapatero. Es necesario un "efecto Sarkozy", salvando las distancias, que lleve a la izquierda a la desunión y la abstención. No sirve de nada armar hasta los dientes a tus viveros de votos, hace falta vencer las elecciones: no estamos en una carrera de armamentos.
12 años con Rajoy serían fatales para las posibilidades del PP. Rajoy en el fondo le parece ridículo y despreciable, en cuanto a su falta de fortaleza, a una gran parte de sus votantes. El equipo que ha trabajado con él se ha mostrado muy negligente: haciendo una campaña sobre economía y "sociedad de la información" en los minutos de la prórroga, cuando no "los de la basura". Deben desaparecer. Además deben hacerlo y a continuación haber unas primarias más o menos "limpias" en el seno del PP: sólo entonces sería lícito de hablar de renovación.
Y concluyo con una reflexión más: creo que el PP tiene más posibilidades de vencer molestando a sus sectores más ultras que al electorado socialista. No caben consuelos.
"Muy contracorriente su visión de la jugada, además de completamente sectaria por supuesto"
No pertenezco al PP ni a ningún partido político, me interesa ver como evoluciona “la cosa” en general, ese es el tipo de análisis que doy desde una completa independencia de partido, asociación y colectivo de cualquier clase. Así que lo de sectario no te lo acepto. Y estar contracorriente es para mí un motivo de orgullo.
"El objetivo del PP en estas elecciones era "echar a ZP. Una vez no se ha conseguido hay que hablar de derrota sin paliativos. Y es que al margen de lo que suba uno u otro la ventaja sigue siendo grande para el PSOE. No hablamos de un PSOE en decadencia, hablamos de un PSOE que sube. Por tanto, esa implícita o explícita comparación entre la situación de Aznar en 1993 "
Muy bien, a mi me da igual que objetivo tuviere el PP, tal vez se puso uno demasiado alto dadas las circunstancias, yo no esperaba una victoria popular, que hubiera sacado un solo escaño más que el PSOE me hubiera parecido ya todo un milagro. Pero la democracia no es Dios, ni creo en revoluciones, así que, dentro del sistema en que estamos y con los instrumentos a mano, lo conseguido por Rajoy me parece muy meritorio. Hay quien piensa que después del 9-M estamos peor, no es mi caso. Hace 4 años se anunciaba la división del PP en varios sub-partidos lo que a mi juicio hubiera sido catastrófico para la derecha y para nuestro país, el camino más directo a un modelo como el del PRI en México. Hoy ese fantasma esta prácticamente derrotado, salvo que el PP acepte un discurso catastrofista que no esta justificado.
Como digo, no me considero “pepero”, signifique eso lo que signifique (¿es “pepero” el militante, el votante, el simpatizante o simplemente el que cree que es importante para el futuro del país que este partido lleve determinada dirección?), desde mi bitácora no he pedido el voto para ningún partido aunque si he criticado quienes han tenido un discurso contra los populares que me parece exagerado o inmerecido. Tampoco he hecho ninguna comparación ni explicita ni implícita con Aznar en el 96, es mas, Rajoy me parece mucho mejor político y mas preparado que aquel. Yo hablo de ahora 2008 y de las estrategias a seguir y en eso no soy partidario de que Rajoy se vaya. Creo que debe aprovechar para remodelar su equipo introduciendo rostros nuevos que ademas den la batalla en el Parlamento y en los medios, pero manteniendo otros. También debe aprovechar para profundizar en aquellas ideas que debido al terrible acoso recibido durante estos 4 años quedaron sin definir, crear un discurso mas completo y firme para pasar de la defensa al ataque, ahora tiene legitimidad para ello y si en el Congreso del partido los militantes apoyan su gestión mas la tendrá. Pero para que esto sea posible debe ir a la sesión de investidura con la cabeza alta y poner a Zapatero en su sitio, ofreciéndole un pacto en torno a los 4 puntos que ya conocemos, que vuelva al pacto antiterrorista (y Zapatero ofreció derecho de veto en política antiterrorista a Rajoy en el segundo debate, lo vieron mas 10 millones de españoles). Tiene mas cosas a su favor que en contra.
En fin. Los experimentos, con la gaseosa.
"12 años con Rajoy serían fatales para las posibilidades del PP"
O yo me he perdido algo o Rajoy lleva cuatro años de líder. Ocurre que han sido tan duros para el PP que a algunos les parece el doble. No creo ni por asumo que este desgastado como líder, otra cosa es que haya quien le interese propagar ese mensaje. Y si es él el que esta personalmente cansado, me parecerá muy respetable que renuncie, pero es un error político.
"algunos sugieren con descaro que sería el "liberal", opuesto al centrista"
Debo ser de los pocos en Red liberal que no creen que el PP pueda ser un partido plenamente liberal, primero porque el liberalismo es una ideología minoritaria y muy mal entendida por la mayoría de los ciudadanos. Segundo porque el PP es un medio para mantener a la derecha unida y evitar la aparición de partidos de extrema derecha con representación parlamentaria. El camino del liberalismo en la derecha es ir calando poco a poco con sus propuestas entre las bases y votantes, pero es esencial que haya un líder que aglutine a todas las vertientes del partido y al que todas puedan sentir como suyo. Rajoy sigue siendo la mejor opción sino la única.
"Es necesario un "efecto Sarkozy", salvando las distancias, que lleve a la izquierda a la desunión y la abstención"
Sarkozy es un fenómeno inexplicable y no reproducible, por biografia y contexto. Desde Disraeli (otro hijo de inmigrante judío reconvertido en icono de la patria) no ha habido un político igual en toda Europ. En mi opinión España no necesita un Sarkozy en la derecha, necesita que la izquierda tenga otro Mariano. Y en Francia la izquierda se hundió no solo por Sarkozy sino también por el experimento de Segolene Royal. en el PSOE tras Zapatero, me temo, no hay nada.
"Con el protagonismo de los exaltados nacionalcatólicos y similares en los actos del PP"
Me hace gracia que hables de nacionalcatólicos en el PP, no debemos tener la misma imagen del partido, a mi parece homologable a cualquier otro de centro-derecha europeo, para bien y para mal.
Por cierto, sabrás que Sarkozy propone la financiación directa de los sacerdotes, culto y lugares de culto de las confesiones religiosas, incluidas las musulmanas, lo que viola el supuesto laicismo francés (que lleva muerto 50 años por otro lado) y hasta el aconfesionalismo español (aquí no hay financiación directa del culto desde 1978).
¿Rajoy mejor político que Aznar? No lo creo. Aznar tenía a todos los fascistas y nacionalcatólicos del PP con sordina: Rajoy es de un carácter tan insignificante que no ha conseguido nada parecido sino lo contrario, ni con el poder absoluto que se tiene en una estructura de poder como es el PP. Cabe pensar si la cosa es intencionada o no. De serlo sería demencial y con más fuerza aún pediría la caída de Rajoy.
En efecto Rajoy no va para los 12 años sino para los 9-10 (una década con Mariano, con el PSOE en alza, es un exceso) pero habría quien te diría que en realidad nunca ha tenido verdadero liderazgo. Yo creo que en parte debido a su carácter timorato y en parte al modo de su acceso al puesto. El PP necesita echar a Rajoy y Acebes, vivas imágenes de la derrota más que amortizadas (Acebes desde hace ya 4 años) y organizar unas primarias. El resto son loas al César. Y eso es lo que hace usted aquí: tocar la lira para Mariano.
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