Me entero por El País, edición digital, que ciudadanos estadounidenses invadieron
Muchos ciudadanos temen algo aún más extremecedor, que el cierre de Guantánamo, y la aplicación de la legislación penal ordinaria a los terroristas aun encarcelados, tengan el resultado a medio plazo de que muchos de estos salgan a la calle. Y esto, con la imposibilidad material de que el Gobierno federal les deporte a sus respectivos países, debido a que la mayoría de los mismos no cumplen con los requisitos mínimos, que exigen tanto el Departamento de Justicia como el Consejo de Seguridad Nacional, para su extradición, pues no aseguran el que no serán torturados o ejecutados sin juicio previo. Por eso Obama prepara dos medidas, una es, adivinen,... ¡tribunales militares especiales!, pero solo para los presos más peligrosos; y la otra, la negociación a marchas forzadas de un acuerdo con los países europeos para que acojan a los yihadistas menos peligrosos (concepto jurídico indeterminado), ya intentado por Bush los últimos dos años sin éxito. Será muy difícil explicar a la opinión publica useña como es que el Gobierno tolera y además asila a sujetos que no han renegado de su odio a los EE.UU. y que estarían dispuestos, nada más verse libres, a organizar asociaciones licitas o/e ilícitas que atenten contra la seguridad nacional. Al final, como siempre, el problema revertirá en nosotros, los europeos, que por vía indirecta nos volveremos a ver envueltos en la lucha contra el terrorismo islámico.
Obama tendrá que hacer encaje de bolillos con Guantánamo. No obstante, se juega gran parte de su "prestigio" en ello. Un antecedente inmediato, los pinchazos telefonicos ilegales, que ya no son tal mal vistos por el de Illinois, tras los informes a los que su equipo de transición tuvo acceso.
No sé porque, pero me da que de una u otra manera saldrá airoso del trance. Es lo bueno de personificar el cambio, no importa lo que se haga, bueno o malo, mientras el que lo haga seas tú.
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