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"Los españoles pertenecemos a la categoría de colectivos a los que tradicional e históricamente preocupó mucho más la diferencia de clases y la injusticia socialque las libertades individuales.
Se perdona mal a los ricos y empresarios la ostentación y el agravio, mientras que los funcionarios públicos pueden difundir secretos, realizar escuchas, propagar infamias y otras mil maneras pergeñadas para el abuso del poder."
Empieza el año situándote en el espectro ideológico (y otras cuestiones conexas)
Marcos Polesel, líder del Movimiento Demócrata Liberal venezolano nos explica el funcionamiento de uno de esos cuadros de posicionamiento ideológico que tratan de superar (o por lo menos completar) la dicotomía clásica izquierda-derecha a favor de otra más clarificadora como es la de libertad-autoritarismo. En base a dos valores, uno político y otro económico, situamos las diferentes ideologías en el eje de coordenadas de acuerdo al grado de libertad económica y política que reconocen. El panorama que queda es mucho más complejo, pero también más enriquecedor sobre las creencias políticas en las sociedades modernas.
Como todo sistema de clasificación tiene sus pros y contras. Para mi, su gran virtud es que parte de las preferencias del individuo respecto de políticas concretas y no de prejuicios de clase, raza o creencias de tipo no político. Cualquiera sea rico o pobre, creyente o ateo, nacional o extranjero puede seguir cualquiera de las ideologías representadas simplemente sumándose a los elementos que las caracterizan. Un pero, lo anterior podría entenderse como una aceptación de uno de los principios liberales clásicos, el que sitúa al individuo y sus opiniones como la única fuente de información fiable para el estudio de la sociedad y, en este caso, de las ideas políticas existentes en ella. Por tanto, habrá quienes le atribuirían la aceptación de un prejuicio liberal: el anti-determinismo clasista.
Por otro lado, este sistema de clasificación apoyaría una de mis viejas obsesiones, y es que las ideologías son un producto en esencia obra de las clases medias, pues mantener una posición argumentada sobre políticas concretas exige un mínimo de formación intelectual y tiempo libre. Las clases altas (las cuales dedican casi todo su tiempo libre al ocio) y las clases bajas (las cuales deben dedicar el suyo a seguir ganando el pan que llevarse a la boca) pueden tener una natural inclinación a conservar, unas, y mejorar, las otras, su situación personal, pero no serán sus integrantes quienes definan y propongan los medios adecuados a tal fin, tan solo se sumaran a las ideologías (y sus medios) que previamente han configurado profesionales liberales, intelectuales, profesores, políticos, funcionarios, filósofos e ideólogos varios, que son abrumadoramente clase media. Aquello que denominamos liberalismo, conservadurismo, social democracia, comunismo,… son conjuntos de ideas políticas elaborados todos ellos por individuos integrados en la clase media de sus respectivas naciones y no proyecciones de distintas clases o super-estructuras derivadas de la estructura socio-económica. En las sociedades primitivas no se dio el socialismo tal y como lo arguyen muchos socialistas, por muy indefinido que estuviese el concepto de propiedad privada, éste ya estaba presente. Las progresivas adaptaciones al entorno promovieron mejoras en el bienestar y entonces fue cuando se inicio el debate público sobre los medios e instrumentos a usar y sus efectos sobre la organización social, y lo promovieron las clases medias emergentes, dando forma a las ideologías que hoy conocemos, sobre todo durante el siglo XIX. Del mismo modo, la ideología de la burguesía no es ni fue el liberalismo (como afirmaba Marx), sino que entre los burgueses puede haber liberales y socialistas.
Quisiera señalar que el sistema de clasificación clásico de ideologías como de izquierdas o de derechas tiene aún cierta utilidad práctica en el día a día y en el lenguaje ordinario de la política que no podemos ignorar. Ahora, solo en la medida en que también refleje de alguna manera la oposición libertad-autoritarismo. El jurista y politólogo italiano Norberto Bobbio ya intento a mediados de los 90 del siglo pasado definir a la izquierda y la derecha de esta forma*, identificándolas con uno de los dos ejes. Para Bobbio la derecha seria aquella que defiende la mayor libertad económica pero una menor libertad política o social, mientras que la izquierda actuaría a la inversa. Sin embargo este modelo no ha servido ante la evidencia de gobiernos de derecha profundamente intervencionistas en lo económico y gobiernos de izquierda que no han dudado en adoptar medios autoritarios para conseguir avances en el campo de la moral social (Tb. en el económico y político, en detrimento de posiciones no autoritarias de izquierda). La razón está en que el italiano tenía en mente para su sistema de clasificación más los fines perseguidos y las metas a conseguir (paz, democracia, derechos humanos) que los medios precisos para la consecución de dichos fines y metas, si una mayor libertad o un mayor autoritarismo e intervencionismo el gobierno.
Otro sistema de clasificación interesante, más elaborado que el de Bobbio, es el desarrollado por nuestro filosofo patrio Gustavo Bueno, entre otros textos, en su libro El Mito de la Izquierda.El rasgo definitorio de las izquierdas y derechas sería su posicionamiento frente el Estado y la Propiedad (entendida como propiedad privada pero, también, como propiedad del Estado o "soberanía") que, en combinación con el análisis histórico de las corrientes ideológicas y políticas, despliega toda su eficacia descriptiva, y cuyo resultado es de un interés mayúsculo. Gustavo Bueno establece el nacimiento de la Izquierda política en la revolución francesa, y la consecuente coincidencia entre el ascenso de la burguesía y el nacimiento de las ideologías.
En cualquier caso, el futuro pasa por la combinación e integración de modelos de clasificación (éstos y otros) para así conseguir un panorama más realista de las ideologías a comienzos del siglo XXI.
PD: para aquellos lectores que quieran rellenar un test ideológico según el sistema expuesto por Marcos Polesel, en esta anotación ya enlace uno.
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* Norberto Bobbio,Derecha e izquierda (1994, segunda edición 1995). Traducción castellana de AlessandraPicone, Taurus, Madrid, 1998.
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