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LA FRASE

"Los españoles pertenecemos a la categoría de colectivos a los que tradicional e históricamente preocupó mucho más la diferencia de clases y la injusticia socialque las libertades individuales.

Se perdona mal a los ricos y empresarios la ostentación y el agravio, mientras que los funcionarios públicos pueden difundir secretos, realizar escuchas, propagar infamias y otras mil maneras pergeñadas para el abuso del poder."

UN TOQUE LIBERAL

jueves, enero 07, 2010

Facebook se equivoca... ¿o no?


Me entero por Elmundo.es que los responsables de Facebook han bloqueado una página instalada en esta red social y que permitía a los usuarios eliminar por completo su perfil. La página en cuestión, que recibe el nombre de Suicide Machine 2.0, permitía eso mismo, el “suicidio” de nuestro perfil y su completa desaparición de la red social. Aunque no cuestiono el derecho que asiste a Facebook, en cuanto propietario de la red social, a gestionar sus contenidos (lo que incluye el derecho de admisión y el establecimiento de las normas de estancia), si encuentro algunas objeciones a su proceder en este caso.

No es la primera vez que se bloquea un servicio similar (antes lo fue otra pagina llamada Seppukoo) de “suicidio digital”. La decisión parece ir en la dirección de impedir que existan “facilitadores” en el proceso de dar de baja su perfil. De ser así, Facebook estría cometiendo varios errores graves. El primero sería atentar contra el sagrado principio de autonomía personal y que trasladado al campo que nos ocupa consiste en el derecho que nos asiste a pertenecer o no una red social y según nuestra voluntad a dejar de serlo, cumpliendo, eso si, con las normas básicas que pueda establecer el propietario de la red. Cierto que aceptamos someternos a unas normas de baja cuando nos damos de alta, sin embargo todas esas normas, por muy razonables que a veces sean, no pueden suponer un impedimento total a la baja o causar un grave perjuicio al usuario en el proceso. Dado que los impedimentos no tiene que provenir de la “maldad intrínseca” que solemos atribuir a todo proveedor de servicios de Internet, sino que incluso son consustanciales y necesarios para el propio servicio que se presta, por eso no es raro que surjan “facilitadores” de los procesos de baja (y por qué no, de los de alta). Nada, pues, habría que objetar a la existencia de este tipo de intermediarios en el mercado.

Si bien, resulta difícil aceptar que en tu propio servicio puedan publicitarse y actuar libremente sujetos que promocionan y aportan los medios para una acción que va contra tu interés empresarial, que es tener el mayor numero usuarios posibles. Facebook puede ver en ello una práctica coactiva y contraria a su libertad de empresa, y no va a quedarse sentada sin hacer nada. Pero aquí surge mi segunda gran objeción: es muy discutible que tal practica sea por si sola antiempresarial. El deseo de darse de baja por parte del usuario es previo a los medios disponibles y no incitado por el creador de la página (siempre claro que partamos del paradigma liberal de que la necesidad o demanda es siempre anterior a la existencia de la oferta con la que el operador en el mercado trata de satisfacerla). Además, su represión, aceptando que hay un perjuicio empresarial inmediato (la baja automática de un usuario), podría ir contra uno de los principios fundacionales de esta red. Desde su creación, Facebook permite a sus usuarios desarrollar aplicaciones y funcionalidades varias. Vale, dirán que no es lo mismo crear testes, juegos o aplicaciones para costumizar nuestro perfil, las cuales explotan las posibilidades y beneficios del servicio, que un programa destinado a darnos baja en el mismo servicio. Pero dentro de la gran comunidad de usuarios bien puede demandarse esta opción, que no necesariamente conlleva la perdida de usuarios netos. Por poner solo un ejemplo, puede usarse para eliminar perfiles falsos y anónimos que muchos usurarios crean por pura diversión, para experimentar o para disfrutar de un mayor anonimato, y que de lo contrario con el tiempo quedarían abandonados por las molestias de una baja gestionada personalmente. A medio-largo plazo prescindir de este tipo de paginas podría afectar la eficiencia de la red e incluso evitar la entrada de nuevos usuarios desincentivados por los obstáculos a la baja (“barreras de salida” para el consumidor).

No hay duda de que por razones de principio y racionalidad empresarial Facebook se equivoca persiguiendo este tipo de páginas; pero no querría dejar de analizar algunas razones legítimas que pueden asistirle en su decisión contra Suicide Machine 3.0 o Sepukko. Una de ellas es proteger la integridad del sistema del que es propietario y gestor. Habría que averiguar si estos programas hacen algo que no pueda llevarse a cabo manualmente por el propio usuario, estos es, si se limita a acelerar el proceso ó lo altera de alguna manera que afecte a la configuración de la red. En esta última situación y por razones de seguridad, Facebook estaría sin duda legitimado para bloquear la actividad de estas páginas. Otra razón legítima es proteger los derechos contractuales de sus usuarios, con efectos durante y expost de la baja. Por ejemplo, se me ocurre que Facebook guarda durante un tiempo información de los perfiles eliminados por si el usuario se arrepiente y quiere volver a la situación anterior a su baja. Si estos programas anulan esta garantía u otras (por ejemplo, la protección de los datos del usuario frente a terceros, si la aplicación que gestiona la baja extrajese información a favor de los creadores de este tipo de programas para otros fines distintos del servicio dado), Facebook puede sentirse obligado a actuar en defensa de sus usuarios.

En definitiva los responsables de Facebook deben aclarar cuales son los motivos verdaderos que los llevan a bloquear este tipo de páginas y aplicaciones (proteger la seguridad de la red y los derechos de sus usuarios) y no otras que me parecen estar menos justificadas. De lo contrario puede inducir en la opinión pública la idea de que esta red social nos trata como algunos proveedores de Internet a sus clientes (intente cambiarse de suministrador de conexión a internet) y, en cambio, no persigue, como es debido, otras actividades y paginas en su red que si son cuestionables.

PD: una reacción al bloqueo por parte de Facebook de estas páginas ha sido la inmediata creación de grupos de apoyo dentro de la propia red social como, por ejemplo, No Censure (Seppukoo, Suicide Machine) o Que Facebook Cree Una Aplicacion Como Suicide Machine.

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