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LA FRASE

"Los españoles pertenecemos a la categoría de colectivos a los que tradicional e históricamente preocupó mucho más la diferencia de clases y la injusticia socialque las libertades individuales.

Se perdona mal a los ricos y empresarios la ostentación y el agravio, mientras que los funcionarios públicos pueden difundir secretos, realizar escuchas, propagar infamias y otras mil maneras pergeñadas para el abuso del poder."

UN TOQUE LIBERAL

domingo, enero 17, 2010

PP balear: pero, ¿por qué no van a los tribunales?

No me canso de decirlo desde hace años. Lo repetí a raiz del congreso a la búlgara de Valencia, donde el candidato dos veces derrotado fue confirmado como presidente del PP, sin cuestionamiento alguno de bases y dirigentes.


Ahora ha vuelto a suceder en Baleares. Si nadie lo remedia el candidato oficialista (esto suena a Argentina) José Ramón Bauzá será nombrado Presidente regional del partido sin visos de democracia interna en el proceso. El otro aspirante oficioso (pues a poco más puede aspirar con los estatutos en la mano), Carlos Delgado, ferviente defensor de la libertad lingüística frente al modelo 'normalizadores' (Cataluña) y multilingüisticos (¿Valencia?) entre ilegales y absurdos, y al que hace unos días pudimos oírle explicar de manera  muy elocuente cual era la triple crisis en que se sumía el PP balear. Delgado ha sido engañado, literalmente por la dirección del Partido que había prometido un Congreso democrático.

¿Qué es lo que temen en Génova con las primarias? En en último Congreso Balear que eligió al sucesor del investigado por corrupción Jaume Matas (la señora Rosa Estarás, hoy  huida/exiliada en el Parlamento Europeo), el PP quedo en esa Comunidad Autónoma dividido en dos facciones. El  "sector Delgado" que se mantenía crítico con la dirección ejercida durante años por Matas, demostró tener más implicación entre las bases de lo que al sector oficialista gustaría. El otro, el "sector Rajoyista" parece dispuesto a traicionar a sus votantes en el tema de la lengua (certificando la inmersión lingüística y cultural catalana de Baleares). Existe la posibilidad de que se repita esa división que podría dar al traste con las opciones de Gobierno de los populares (que revierta la menos en algo la pésima gestión del socialista Antich) o que una posible victoria de Delgado y los suyos pusiera en riesgo la estrategia nacional de Rajoy de boca pequeña y no hacer nada en temas cruciales que implican los derechos y libertades de los ciudadanos que pudiera afectar a un futuro pacto con los nacionalistas catalanes.

Parece que Bauzá y cia. se van a salir con la suya, ya que la única forma de que Delgado impidiese el rodillo sería acudir a los tribunales de justicia, sin embargo los militantes de los partidos tienen alergia a usar de esta vía, temerosos de represalias que los alejen del acceso a cargos públicos o de estar en las listas electorales , un derecho fundamental para el artículo 23 de la Constitución. Hay base jurídica suficiente para anular casi todas las designaciones de lideres y directivas de partidos de este país y declarar inconstitucionales sus estatutos organizativos que deben ser democráticos (artículo 6 CE). No solo en la elección de cargos, también en los procedimientos disciplinarios, intransparentes y que vulneran las más mínimas garantías, dejando nuevamente la reclamación judicial como única solución. 


Con respecto al último Congreso nacional advertí que la política no es para advenedizos que busquen  aprovecharse de la crisis del partido correspondiente (en Valencia salieron unos cuantos que hacían bueno a Rajoy), pero si se cortan de cuajo las vías internas de debate y confrontación de opiniones y liderazgos, se llegará al anquilosamiento de los partidos políticos y al desapego con respecto de las preocupaciones de los ciudadanos, convirtiéndose estos en terreno acto para tramposos y maquiavelos de postín. Hay una sensación cada vez mayor en la opinión publica de que vivimos en un régimen de 'democracia de partidos', donde los ciudadanos deben contentarse con elegir votar a una de las varias rígidas, jerarquizadas y caudillescamente dirigidas estructuras que son los partidos políticos españoles, como un mal menor pero sobre el que no tiene ninguna esperanza de poder influir. Los partidos se sitúan así fuera de la sociedad que dicen representar.


Siguiendo a Tocqueville, la única esperanza para evitar los males de la democracia tal vez sea eso, más democracia. Solo mediante la prueba y el error y el debate continuos se evitarán a largo plazo los males del gobierno popular, cerrarse a ello en cambio llevará al autoritarismo, a las persecuciones internas y a la corrupción institucional. Y lo dicho para Valencia y Baleares vale para cualquier otro sitio.

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