¡Visualización óptima de este blog con una resolución de pantalla de 1280 x 1024!

Páginas

LA FRASE

"Los españoles pertenecemos a la categoría de colectivos a los que tradicional e históricamente preocupó mucho más la diferencia de clases y la injusticia socialque las libertades individuales.

Se perdona mal a los ricos y empresarios la ostentación y el agravio, mientras que los funcionarios públicos pueden difundir secretos, realizar escuchas, propagar infamias y otras mil maneras pergeñadas para el abuso del poder."

UN TOQUE LIBERAL

lunes, enero 05, 2009

Oliver Twist NO se moría de hambre

Charles, Dickens, autor de la celebre Oliver Twist, entre otras novelas, ha pasado a la historia como uno de los grandes literatos ingleses. No seré yo quien niega la calidad de sus historias y el atractivo a sus personajes, y a pesar del exceso de sentimentalismo que obliga al lector a empatizar con aquellos, bajo la subliminal amenaza de ser considerado un desalmado si no lo hace. La humanización y dignificación de los desamparados y marginados sociales es una empresa meritoria y de agradecer frente a las literaturas más formalistas, elitistas o vulgares, dominantes. Sin embargo, al abrigo de la llamada "literatura social", Dickens, junto a otros tantos escritores de la época, acabo siendo responsable de la proliferación de numerosos mitos negativos sobre el siglo XIX (posteriormente aceptados de forma mayoritaria) y, en definitiva, sobre la "era liberal". 

Un estudio publicado en la edición navideña del British Medical Journal prueba, citando fuentes directas, que la dieta que disfrutaban los huérfanos y pobres en los hospicios y casas de trabajo inglesas, como los descritos en Oliver Tiwst, era la adecuada a los conocimientos científicos de los que se disponía, y, es más, que de los datos extraídos por los investigadores, en ningún caso puede afirmarse que pasasen hambre. Además, no se existe constancia documental de abusos y vejaciones por parte de los responsables de esos centros. Para los responsables del estudio debieron producirse, pero nunca de manera sistemática. Por desgracia, mientras el ser humano sea eso, humano, existirán malas personas que se aprovechen o maltraten a los más débiles, es inevitable. No obstante, resulta difícil imaginar que la ilustrada y políticamente activa sociedad victoriana actos de crueldad y explotación masivos no llegasen a la opinión pública y ésta pusiese el grito en el cielo, los diarios lo llevaran impreso en sus portadas y alguien del gobierno de Su Majestad no tomará cartas en el asunto. 

Hayek, en Ley, Legislación y Libertad, nos recuerda que durante la "era liberal" existieron formulas para paliar la situación de los pobres, incapaces, parados y desamparados, véase sino la británica Ley de Pobres de 1834. En otra obra, El capitalismo y los historiadores, editada y prologada el propio Hayek, demuestró, a través de varios ensayos de diferentes autores (Jouvenel, Hartwell) como la revolución industrial y la ideología capitalista contribuyeron a mejorar las condiciones de vida de las masas más allá de lo imaginable apenas un siglo antes, y como aquello aupó a la Inglaterra del XIX al puesto de 1ª potencia mundial. Destaca también Hayek que los terratenientes y los círculos conservadores (donde se movía Dickens) difundieron una versión negativa de los hechos en el marco de su lucha contra los fabricantes y el librecambismo, versión finalmente recogida por la historiografía socialista pues confirmaba sus tesis socio-económicas acerca del capitalismo. La sociedad inglesa no era el ogro que retrato Dickens en sus obras; la frivolidad, la idiocia y la incompetencia no estaban más extendidas entre las élites aristocráticas que en cualquier otro país, de entonces y de ahora, y no tenemos más que pasearnos por la actual clase política e intelectual española para comprobarlo. 

En fin, tal vez merezca la pena que el BMJ dedique un espacio en el próximo especial de navidad para un estudio sobre la personalidad de Dicekns, en particular, sobre como pudo desarrollar una aberrante obsesión en contra del capitalismo. Puede que fueran las privaciones de la niñez que le obligaron a trabajar en una fábrica y que, curiosamente, no le impidieron convertirse a la edad de 27 años en uno de los escritores más conocidos y respetados del país. Guste o no, el librecambismo y el capitalismo contribuyeron a mejorar la situación de miles/millones de personas en el Reino Unido, incluida la del señor Dickens.

Así que la próxima vez que lea Oliver Twist, o visione una de sus múltiples adaptaciones cinematográficas o teatrales, téngala por lo que es, una obra de ficción, y no una prueba irrefutable de los males del capitalismo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡coño!
¡me alegra leer una opinión como esta!
pensé lo mismo cuando veía hace pocos días en la tele la última versión de Oliver Twist.

Alberto Neira dijo...

Gracias. Dadas la fechas, es normal que caiga alguna adaptación de Dickens.

Conviene derribar mitos históricos negativos, más cuando tienes el apoyo de una publicación ideologicamente independiente como la BMJ.

Anónimo dijo...

Mis propuestas LIBERALES:
- prohibir los impuestos, por el lado español, unilateralmente, al comercio efectuado con cualquier habitante del planeta, en todas sus facetas: de bienes, equipos, financieros y humanos. El comercio o trueque, que no son sino lo mismo, permite la división del trabajo, la especialización, y en resúmen, EL AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD POR UNIDAD DE PERSONA Y TIEMPO, motivo por el cual la clase media europea del S.XXI vive unos 70 años y con bienestar material, y no unos 25 o 3o como vivían no ya la "clase media" del siglo X, sino las clases altas o Nomenklaturas. En no impedir que el individuo, intrumento de la libertad mediante, AUMENTE LA PRODUCTIVIDAD DE SU ESFUERZO, descansa el avance material de toda la humanidad.
- suprimir, unilateralmente, cualquier barrera a la inmigración desde el exterior hacia España, concediendo la nacionalidad en cuanto se superase un exámen básico sobre conocimientos mínimos del idioma español.
- devolver la responsabilidad/libertad al ser humano, desmontando el Estado Tutor, dejando como únicos y suficientes “servicios públicos” la Justicia, Policía y Defensa, devolviendo el destino de sus vidas a sus legítimos depositarios: los individuos.
- con motivo de lo anterior, se reduciría la presión fiscal del 40% actual al 3% o 4%. Que la presión fiscal sea del 40% quiere decir que de cada 100 días que trabajas, sólo te quedas con el producto de 60, pues los otros 4o estás trabajando para el Estado, para la Neonobleza, para la Nomenklatura, para la Clase Privilegiada, en definitiva. No olvides que el político, investido de buenas intenciones (tú no), y de brillante sabiduría (tú no) ha de cuidarte como si fueras un niño, decirte cómo has de vivir, ofrecerte “kultura”, “edukar” a tus hijos, ser tu médico obligatorio, “informarte” con radio y tv estatales…
- permitir que en cada domicilio haya armas para defender la vida y propiedad de sus moradores. Al fin y al cabo, los malos siempre se hacen con ellas. No debe prohibirse a los honrados ni a las maltratadas que no puedan defenderse en su hogar. Y como defensa frente al Estado. Lo primero que hacen los protodictadores es desarmar a la población. Si los alemanes hubiesen dispuesto de esta libertad nunca hubieran padecido el nacional socialismo. De hecho el gran esfuerzo de los estados esclavistas del sur del EEUU consistió en negar a los negros la propiedad de armas. Por lo mismo lucha hoy el Ku Klux Klan. Si los indígenas americanos hubieran dispuesto de armas de fuego nunca se hubiera producido la conquista europea. Lo mismo con África. La amenaza de posible mutua destrucción, de que nadie está por encima de otro, es la mejor garantía para la paz y la seguridad colectiva e individual.Vis pacem para bellum.
- dividir en parcelas iguales a repartir entre todos los ciudadanos cada kilómetro cuadrado de tierra de “propiedad pública”. Lo que es de todos no es de nadie. Sólo se garantiza su beneficio para la comunidad en tanto alguien puede extraer de ella un beneficio particular.
- en el mismo sentido, privatizar hasta el último rincón del mar. Un dueño vigilaría que a nadie se le ocurriese vertir ni una gota de aceite o petróleo en su parcela, el propietario sería el primer interesado en proteger los pezqueñines mirando por su futuro y viabilidad económica siendo así los mejores ecologistas y obteniendo los mejores resultados medioambientales, al modo de las mariscadoras gallegas o los parcelistas de monterías de la Sierra Morena, que cuidan de sus parcelas y sus animales dejando que las que son del Estado ardan en verano. El dueño le sacaría beneficios materiales, en fín, se pondría en valor una enorme extensión de superficie planetaria que hoy día por no ser de nadie no hace sino echarse poco a poco a perder.
- prohibir la intervención del Estado en la economía: no hace sino tirar con pólvora ajena, apostar por proyectos menos rentables para la comunidad que los iniciados por los particulares, favorece el robo por parte de todo político, establece una sociedad chantajeada, amordazada, y clientelista mediante el uso de las subvenciones…
- fijar un Banco Central con la misma independencia que la de los jueces.
- prohibir al Estado el endeudamiento. Su endeudamiento encarece los préstamos a los más débiles, que somos los particulares.
- prohibir la devaluación de la moneda.
- impuestos, inflación y devaluación son las tres formas más refinadas que han encontrado los ladrones para desvalijar silenciosamente a los trabajadores de este planeta.
- eliminar inmediatamente los subsidios a la energía eólica y fotovoltaica. Aparte de que sólo se están enriqueciendo los amigos de los ministros, consejeros y presidentes nacional, autonómicos y provinciales, el hecho de que obliguen a consumir energía eólica o fotovoltaica quiere decir que es más cara que las otras, y por tanto consume más recursos medioambientales que las otras. Nos ha salido el tiro por la culata. Las energías alternativas acabarán sustituyendo a las otras, pero no cuando lo decidan dos o tres iluminados. Las leyes del comercio, que no son sino leyes de la naturaleza, de la realidad, no pueden cambiarse a fuerza de reales decretos, del mismo modo que no puede cambiarse la ley de la gravedad por orden ministerial. Ninguna revolución tecnológica ha nacido del Estado, sino de particulares en sus casas o sótanos buscando el beneficio propio (véase la máquina de vapor, la imprenta, la informática…). La intervención de 4 iluminados forzando a consumir electricidad eólica y fotovoltaica no está sino hipotecándonos, a largo plazo, a los más débiles, a los pobres, despilfarrando recursos medioambientales, e impidiendo el verdadero y sólido avance de esas tecnologías y libre consolidación en nuestro entorno.
- y algunas más, todas en la misma línea liberal, esto es, respetuosa con la realidad natural del ser humano.
- en definitiva, desencadenar las fuerzas productivas que viven dentro de cada persona, y que ahora están atenazadas por este omnipresente leviatán que es el Estado.
- no supresión, sino extensión de los PARAÍSOS FISCALES a todas las sociedades del planeta. La consecuencia de poner en marcha todo lo anterior se resume en el "paraíso fiscal". Que se jodan los políticos, especialmente los socialistas, los intervencionistas, los colectivistas. Si nos atacan por esto es porque vamos por buen camino, minando su poder.

Salud, comercio y propiedad, mucha propiedad, a nadar en la abundancia!. GLOBALIZACIÓN PARA TODOS, ESPECIALMENTE PARA LOS MÁS POBRES!!! Si los chinos la aplican y salen de la miseria, los demás también pueden vivir en la riqueza. Al fin y al cabo, comercio y propiedad son las dos instituciones que han permitido a Occidente vivir bien. Dejen a los pobres benefiarse de las mismas, no son inferiores racialmente, no están condenados a malvivir de las limosnas.- prohibir al Estado el endeudamiento. Su endeudamiento encarece los préstamos a los más débiles, que somos los particulares.