Me permitirá el lector que en este análisis del articulo de Fernando Savater me detenga en comentar la figura del ensayista y novelista italiano Claudio Magris. Antes que nada es necesario aclarar que no he leído nada de la obra literaria del que fuera Premio Príncipe de Asturias en el año 2004, por lo que la presente anotacion se nutre de fuentes indirectas, cualquier error en la seleccion por tanto es mio. Tampoco me ha sido posible conseguir un ejemplar del ensayo mencionado por Savater, “Laicita e religione” –si alguien me puede proveer de él aunque sea en italiano y hay interés le dedicaría una anotación- que me hubiera permitido ser mas exacto en mis conclusiones. Para acercarme a Magris lo haré de la mano del profesor Juan José García-Noblejas, y esta anotación en su blog Scriptor.com.Comencemos ya.
De inicio, alguien que se declara admirador de Ellias Canetti, autor de la magnifica Masa y Poder, merece cuando menos la atención de este blogger. Ciertamente, no me detendré en otros aspectos de su pensamiento, hoy solo me interesa su particular referencia a la laicidad, y que Savater dice hacer suya.
(...) Claudio Magris lleva unos treinta años escribiendo que la equívoca contraposición entre “creyentes o católicos” por una parte y “laicos” por otra se funda sobre la crasa ignorancia del sentido del término “laico”.
“Laico”, dice Magris, es un término que ni es opuesto a “católico” o “creyente”, ni tampoco indica que alguien es, de suyo, ni un creyente, ni un agnóstico, ni un ateo. (...)
(...)la “laicidad” de que habla Claudio Magris, está cercana a la de Andrés Ollero, y consiste en el hábito intelectual y vital propio de quienes se exigen a sí mismos vivir y trabajar según una explícita “mentalidad laical. Algo que supone, cuando menos, la capacidad de asumir personalmente (y por tanto, racionalmente) las propias responsabilidades en asuntos de opinión moral y de referencia religiosa trascendente, tanto como en asuntos de opinión de partido en confrontaciones cívicas, sin servirse, escudarse o parapetarse tras la doctrina de la Iglesia o tras la ideología de un partido político, la de un grupo mediático, o lo que sea.”(...).Esta es la necesaria “independencia del intelectual” respecto de cualquier grupo o facción social. Algo que debería ser tenido por muchos de los habituales pensionistas y mediopensionistas de la opinión. Si uno pretende que sus ideas sean escuchadas por el mayor numero de personas y sean tomadas en consideración para el debate es necesario que sus opiniones superen su propia alineación política o religiosa. En definitiva la supremacía del debate racional. Nada que objetar por mi parte. Es mas, si esto lo unimos a la reflexión del italiano sobre la opinion religiosa y la actitud del laico ante ella, se trata de una vision de la cuestion sumamente positiva y llena de sentido común:
(...) Magris niega que la laicidad consista pura y simplemente, a efectos prácticos, para entendernos, en contradecir por sistema a lo que diga, por ejemplo, la Iglesia católica. "Si la Iglesia condena en el cuarto y en el séptimo mandamiento el homicidio y el robo, eso no es razón para que un ateo despenalice jurídicamente el delito de homicidio y de robo." Magris entiende y defiende la “laicidad” en cuanto coincide con la “capacidad de razonar, de dar razón de un asunto”. Y habla, por tanto, de “laicidad” como capacidad de actuar racionalmente(...) no en cuanto (la postura concreta sobre un asunto publico) puede ser una postura que coincide y deriva (directamente, a ciegas) de determinada ideología política o filosófica, o coincide y deriva sin más de determinada fe religiosa.
Para Magris, la “laicidad” reside en un hábito mental, en la capacidad de distinguir lo que es racionalmente demostrable de lo que en cambio puede ser sólo objeto de una fe, con independencia que se profese o no. La “laicidad” es la capacidad de distinguir las esferas de los ámbitos de las diversas competencias: lo que corresponde al Estado y lo que corresponde a la Iglesia, lo que corresponde a la ley y lo que corresponde a la moral, etc. (...)
(...) La “laicidad”, por tanto, no coincide con ninguna filosofía o ideología, sino que es la actitud crítica capaz de articular las propias convicciones según reglas y principios lógicos (racionales) que no pueden ser condicionados, en su coherencia, por ninguna fe religiosa o política, sin caer entonces en una chapuza o un embrollo, siempre oscurantistas como son todos los atolladeros. (...)
(...) Magris recuerda que muchas veces algunos políticos anticlericales se han mostrado facciosos e intolerantes, y por tanto, nada “laicos”. Porque “laicidad” significa de entrada tolerancia, capacidad de poner en duda las propias certezas, autoironía, demistificación de todos los ídolos, incluidos los propios. (...)
1 comentario:
Ya he finalizado mi crítica sobre tu crítica. ;-) Por favor, si haces algún comentario al respecto en tu blog con una entrada, te rogaría que me lo hicieses saber en los comentarios de mi blog.
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